Rafael Montilla nos envía la foto con sus compañeros del Pelotón de Morteros del 8º/82 de la 2ª Cía.
Muchas gracias Rafael. Los Morteros del 81 eran unas armas muy precisas y fáciles de trasportar y montar.
Rafael Montilla nos envía la foto con sus compañeros del Pelotón de Morteros del 8º/82 de la 2ª Cía.
Muchas gracias Rafael. Los Morteros del 81 eran unas armas muy precisas y fáciles de trasportar y montar.
Nuestro compañero Jose Manuel Hernandez Manzano nos manda unas fotos suyas y de sus compañeros de reeemplazo del 4º del 83.
José Manuel pasó por la 3º Cia. cuando llegó destinado al regimiento, luego al ascender a Cabo fue destinado a la Cía. de Destinos y realizó sus cometidos en el Almacen de Vestuarios, y por ultimo fue destinado a la Cía de Plana Mayor, donde estuvo como Cabo encargado de la Armeria.
En esa fecha coincidí con José Manuel en la Cía. de Plana Mayor. Muchas gracias por tu aportación.
Ante la desolación que produce ver que el único recuerdo que queda del Acuartelamiento es el monolito que os he puesto antes, aquí subo la única foto del Acuartelamiento que tengo. Si alguno tiene una mejor espero nos la envíe para que podamos recordar un poquito nuestro «cuartel».
Queridos amigos de Las Navas, aquí os pongo una foto del Monolito que recuerda la ubicación del RI. Las Navas nº 12. Esto es todo lo que queda del Acuartelamiento de Valdespartera.
Con Joaquín Tourné se cierra el capítulo dedicado a los héroes de las Navas, los tres pertenecieron al Batallón de Cazadores de Las Navas nº 10 y encontraron la misma suerte en el mismo lugar en el Barranco del Lobo cerca del Gurugú.
El joven héroe de veintitrés años nació en Toledo el 18 de octubre de 1886, y era hijo del coronel de Estado Mayor don Manuel Tourné Esbroy y doña Inés Pérez-Seoane Herrera.
No había cumplido aún los diecisiete años y el 10 de agosto de 1903 ingresaba en la Academia de Infantería, donde el 22 de octubre de 1905 juraba fidelidad a la bandera y el 10 de julio de 1906 salía promovido a segundo teniente. Tres días después tenía su primer destino en el Regimiento de Frontera de Palma, al que no se llegó a incorporar por causar alta antes en el Batallón de Cazadores de las Navas nº 10, en cuya sala de banderas se presentaba el 1 de agosto, y queda prestando los monótonos servicios de la guarnición madrileña hasta su primer ejercicio táctico, que realiza encuadrado en la compañía especial que en 1907 actúa ante el rey Alfonso XIII, con motivo de la visita del príncipe de Hohenzoller, en cuyo honor se realiza el ejercicio, por el que el teniente Tourné recibe la felicitación de ambos. El 10 de octubre toma parte con su batallón en las maniobras militares de Valdemoro (Madrid).
Durante el año 1908 apenas se altera la regularidad de su vida de guarnición por su destacamento en Ocaña con la primera compañía, desde el 22 de enero hasta el 23 de abril en que vuelve a embarcar en ferrocarril para incorporarse de nuevo a su Batallón en Alcalá de Henares, y luego otra vez en Madrid, desde el 20 de enero de 1909. La monotonía de la guarnición madrileña apenas la altera su ascenso a primer teniente, el 13 de julio de 1909, no menos grato por esperado, pues se han cumplido los tres años de antigüedad en el primer empleo.
Una semana después le llega su último traslado. Su vida militar entrará en la fase más activa. Destinado su Batallón a reforzar las tropas de Melilla, el 22 de julio sale por ferrocarril y el día 23 se embarca en el «Alfonso XII» rumbo a Melilla, a donde llegan al día siguiente y quedan acampados en las inmediaciones de la plaza. Tocaba a su fin una carrera sencilla, cuyo remate heroico iba a engrandecerla. A los tres días queda encuadrado su Batallón en la columna del general Pintos. Su bautismo de fuego lo es también de sangre y de heroísmo, porque aquel mismo día muere gloriosamente en el combate sostenido con los moros en las lomas bajas del Gurugú.
Según el relato de los hechos, después de haber sido muertos o heridos los dos jefes de su batallón, así como el capitán de su compañía y la mayor parte de los demás oficiales, logró reunir y hacer avanzar, sin más ayuda e impulso que su propio espíritu, a 30 ó 40 hombres que, sugestionados por su iniciativa, le siguieron y tomaron briosamente la posición más avanzada que se llegó a ocupar, defendida por un enemigo muy superior en número, perdiendo las dos terceras partes de su tropa, sin que le hiciera vacilar el estar herido en una pierna. Ya tomada la posición, recibió una segunda herida que, poco después, le ocasionó la muerte.
Por aquella actuación, primera y última, al frente de su tropa, se le concedió el ascenso póstumo a capitán de Infantería, con la antigüedad de la fecha de su muerte, y, más tarde, la Cruz Laureada de San Fernando, que se le otorgaba por real orden de 2 de marzo de 1911. Seis años escasos de vida militar, pero con un final ejemplar. Sus restos se encuentran enterrados en el Panteón de Margallo, en Melilla.
Su padre, el coronel de Estado Mayor Manuel Tourné Esbry, instituyó en 1911 dos premios anuales con la mitad de la pensión correspondiente a la Laureada de su hijo, uno para sargentos, de 296 pesetas y otro para cabos y soldados, de 200 pesetas.
Nuestro amigo Pedro Fernández Jaime nos ha enviado dos nuevas fotos y nos hace las indicaciones siguientes:
“El que esta agachado con el mono puesto es Antonio Duran Gallardo, de los Corrales (Sevilla) el gasofa, echaba el combustible a los vehículos, el de la gorra que no le cabe es Hermeregildo Garcia de Brenes (Sevilla) era el chofer del Coronel La Calle, creo recordar, los otros no me acuerdo aunque creo que eran Sevillanos como nosotros, el del camión también es Antonio Duran”.
Gracias Pedro por el aporte
Nació en la Nochebuena de 1863. Era granadino, hijo del comandante don José López-Nuño Agoneta y doña Eduarda Moreno Morales. A los dieciséis años ingresó en la Academia General Militar, el 28 de agosto de 1880. Salió el 9 de julio de 1884, promovido a alférez y destinado al Batallón de Cazadores de Manila n.o 20. En su hoja de servicios constaba su estatura, más bien bajo, 1,675; «traduce el francés» y «mucho» en todas las conceptuaciones militares.
Llevaba casi un año siendo abanderado de su Batallón cuando ascendió a teniente el 14 de noviembre de 1887, con el mismo destino. Exactamente un año más tarde celebraba su boda con una señorita santoñesa, Teresa López Mateos y Linares.
Su nuevo destino fue el Batallón de Puerto Rico n.o 19, con el que embarcó en Cádiz el 24 de noviembre de 1895, recién incorporado, y el 9 de diciembre desembarcaba en Cienfuegos. En Santi Spiritu se encuadraba el Batallón en la 3.a Media Brigada de la 2.a División del 2.° Cuerpo de Ejército. Mandaba la columna el coronel don Enrique Legrosa. Inmediatamente entra en operaciones y sus acciones de guerra son incontables. En 1896 se distingue en los combates de La Guía y Plazaola, ganando en ellos la cruz roja del Mérito Militar. El 12 de febrero asciende a capitán. Los nombres exóticos jalonan su campaña: La Morenita y Mi Rosa, Potrero Arango, La Chirigota y Lomas del Navío. En abril está en la provincia de Pinar del Río y lucha contra los hombres de Perico Delgado en Lomas del Rubí; en mayo, con la columna del coronel Francés, en el Ingenio Manolita y Loma del Vigía, y destaca su actuación, el 30 de agosto, en Tamaulipas y San José, donde gana otra cruz roja del Mérito Militar.
En Muriel se incorpora a fin de año a las fuerzas del general Weyler, y nuevamente obtiene la cruz roja en los encuentros de Sabana Maíz, Loma del Retiro y Hoyo Colorado, el 28 de diciembre. Por dos veces está encuadrado en la Media Brigada de Pintos; en julio de 1897, con la columna del teniente coronel Grana, consigue la cuarta cruz roja del Mérito Militar, en Quemaditos Nuevos, Ramón Alto, Sibalabó y los Montes del Arriero. Más tarde, con la Brigada del coronel Tovar, combate en Sierra Guisa y gana allí la cruz de María Cristina.
En abril de 1898 regresa a la Península con cuatro meses de licencia y reside en Madrid, destinado en el Regimiento León 38. Allí le llega el ascenso a comandante por méritos de guerra contraídos el año anterior en la apertura, rehabilitación y fortificación del río Canto. El 22 de agosto del 99 se presentaba en Leganés, destinado al Batallón de Las Navas. La guerra ruso-japonesa obligaba a tomar precauciones militares, y el 26 de junio de 1904 salía el comandante López- Nuño, con el Batallón de Las Navas, rumbo a Mahón, donde en Villa San Carlos se incorpora como segundo jefe.
Su hoja de servicios hace constar que, de 1899 a 1905, el comandante López-Nuño ha sido jefe de conferencias de oficiales e inspector de academias de tropa, con resultados muy eficaces. El 22 de julio de 1909 sale con el Batallón a Málaga, y allí embarca en el «Alfonso XII» rumbo a Melilla, a donde llegan el 24, quedando acampados en sus inmediaciones. Tres días después encuentra la muerte en las lomas bajas del Gurugú, siendo segundo jefe del Batallón de Las Navas, con veintinueve años apretados de servicios, con incontables acciones de armas en Cuba y una tan sólo en África.
Recibió orden de su jefe, el Tcol. Palacios, de atacar una posición enemiga fuertemente organizada, orden que cumplió cargando sobre la misma al frente de su tropas con entusiasmo y serenidad. Muerto el Teniente Coronel, tomó el mando del Batallón y prosiguió el avance, no obstante ser herido gravemente en el pecho y a pesar de lo cual continuó alentando a sus fuerzas y avanzando con ellas en la línea de
fuego hasta que murió de un segundo balazo en la frente.
Se premió su heroísmo con el ascenso póstumo a teniente coronel y más tarde con la Cruz Laureada, concedida por orden de 27 de diciembre de 1912.